Las Hijas de la Caridad estamos presentes en el distrito de Pomata desde 1990, durante este tiempo una de las tareas principales fue la pastoral rural. En la visita a las comunidades se contempla una gran pobreza: Los ancianos, algunos con mínimos recursos para vivir el día a día, sobre todo, muchos de ellos sufren a causa de la soledad, el olvido de sus familiares. Gracias al apoyo de personas generosas podemos compartir con ellos el pan material y la buena noticia de Jesús. En cada comunidad los “adultos mayores” se reúnen días determinados semanales o mensualmente, tienen una junta directiva que los representa, ese día todo colaboran para la elaboración del almuerzo.
La Comunidad de Batalla, ubicada aproximadamente a 20 minutos del distrito de Pomata cuenta con 70 adultos mayores que se reúnen los días lunes, alguno de ellos no puede asistir por problemas de salud y se organizan entre todos para llevarle el almuerzo a sus hogares. Con la ayuda de las Hermanas que les visitamos, el proyecto presentado a la Congregación de la Misión y algunos ahorros que ellos tenían se construyó un horno y un vivero.
En el mes de junio se inició la construcción de horno, donde cada adulto mayor dirigidos por un maestro de obras puso su esfuerzo y trabajo de acuerdo a su posibilidad física. Todos trabajaron con ilusión y dedicación. En el mes de Julio ya se podía estrenar el horno, ellos hicieron pan y compartieron un almuerzo, para celebrar el fruto del esfuerzo de todos. El vivero llevó más tiempo en terminarlo, y poder sembrar las semillas de verduras y hortalizas.
Gracias a este proyecto, los adultos mayores de Batalla pueden hacer panes, tener verduras para el consumo de ellos e incluso para poder venderlo a la población de su Comunidad, generando así un ingreso como grupo de Adultos mayores. Ellos tienen el proyecto a largo plazo de poder construir un albergue, con ambientes donde puedan vivir y ser atendidos en caso de enfermedad o limitaciones por la edad, pues son consciente de la realidad y el sufrimiento de varios ancianos que viven solos en sus casas sin contar con el cuidado de alguien. Esperamos con la providencia de Dios se pueda hacer realidad este proyecto.
Agradecemos a todas las personas que nos acompañan en la misión con sus oraciones y con sus donaciones, especialmente a la Congregación Misión del Perú, quienes apoyan en varios proyectos al servicio de nuestros hermanos aymaras. Dios nos siga bendiciendo a todos.
Centro Pastoral “Santa Luisa de Marillac”
Pomata